El “caballero” Martino y “petardita” (como los llamaban cariñosamente) eran dos hermanitos. El un nene simpatico, siempre impecable, con unas ventanitas en la sonrisa… ella, una nena muy, pero muy traviesa…
“petardita” siempre iba detrás de su hermano mayor, tratando de imitar todo lo que él hacía. El problema empezó cuando martino pasó a primer grado y ella quedo en el jardín…
“petardita” entraba en la escuela y corría al aula a buscar a su hermano.
Un día, llego a la clase cuando la maestra estaba retando a toooooodo el grado. Abrió la puerta y saludo:
_ ¡hooola…! ¡A guardar… a ordenar… y todos a cantar…!
Las caras de los nenes se pusieron coloradas, tratando de contener la risa. La maestra se quedo inmóvil.
Ante tanto silencio, “petardita” volvió corriendo junto a su mamá y le conto:
_¡Ma…! ¡En primero no hay más nenes! ¡Todos son tomates serios! ¡Y la seño se convirtió en estatua…!
Fin…
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